El cinturón blanco, la máxima aspiración..

El karate es un difícil Arte Marcial, no solo por el intenso esfuerzo y entrenamiento físico que requiere, si no por lo difícil que es mantener una mente alerta y pura, como cuando se dieron los primeros pasos en el Dojo.

Se nos ha perdido un poco la curiosidad, la admiración y sobretodo la capacidad de considerar aun lo mínimo como de capital importancia y sin embargo mantenemos claro que es un camino hacia algo mas que una simple técnica física.. Pero es posible que con el paso del tiempo, se haya desvanecido aquella mentalidad tan lúcida que nos lleva hacia lo más intimo de nuestro ser, el «aquí» y el «ahora», ya que nuestra mente se auto limita y una vez que alcanza su meta, deja de crecer, pero aquellas personas que mantienen esa mente fresca y rica, resguardan su propio ser interior.

Cuando la mente se entrega por entero a su máxima aspiración, muchas veces, se sacrifican los mas elementales principios en aras de esa meta y cuando se es demasiado ambicioso,  se esta perdiendo la belleza de incorporar las pequeñas vivencias que hacen de la practica rutinaria toda una obra de arte.

Hay que tener algo en cuenta, el que siempre tiene en su mente un Cinturón Blanco, jamás se limitará, porque cuando no se mantiene ningún pensamiento de logro mas que el de perfección de lo que en ese momento se esta desarrollando, estamos en el sendero correcto!

La mente original es infinita y hacia ella empezamos a marchar cuando por primera vez vestimos, de un modo casi ritual, el karategui, para luego saludar a pisar la “Sale del Camino”, la “sala de ”, el Dojo. De esa ruta interior nos alejamos al establecer meta para nuestro aprendizaje.

Lo mas arduo del Karate no es lograr algo, sino sentir que siempre se entra al Dojo por primera vez..